En mi caso acudí para hacerme un tratamiento de hidratación-reparación y para sanearme las puntas. Me atendió Marta -si no me equivoco-, una chica simpatiquísima y muy cercana. Comenzó con el tratamiento, no dudando en repetir la aplicación para así conseguir un mejor resultado -al mismo precio-, mientras me hacía un masaje capilar. El saneamiento de puntas fue también el esperado y, una vez secado, me hizo unas ondulaciones para dejarlo así perfecto. El resultado fue el esperado y, verdaderamente, lo recomendaría. Los únicos inconvenientes que añadiría son que la música de fondo no funcionaba y el ambiente era un poco frío/incómodo y quizás el comportamiento de algunas empleadas, por lo demás, todo perfecto.