Pedí cita en esta peluquería recomendada por una amiga. Llegué a las cuatro y hasta las ocho y media no salí, pero que estuviera mucho tiempo no significo que hicieran un buen trabajo con mi pelo, todo lo contrario. Fui con el pelo teñido sobre una decoloración, cosa que fue lo primero que les dije. Les pregunté si podría volver a hacerme una decoloración, y me dijeron que claro que si, que dependía del estado del cabello. Les pedí que no me dejaran el pelo naranja, que si no se podía hacer sin ese resultado no quería mechas, pero me tranquilizaron diciendo que no me lo dejarían naranja. Hasta ahí todo bien. El drama empieza cuando el chico que me atendió, Javier, empieza a ponerme el producto decolorante a las cuatro y termina a las seis, diciéndome que aguante un poquito y que enseguida me lavan y me matizan. A todo esto iban entrando otros clientes, uno de ellos sin cita, y este mismo chico les cortaba el pelo, dejándome desatendida completamente. A todo esto, su compañera estaba con otra cliente y me decía que la decoloración es como la lejía, que hay que tener mucho cuidado y demás. A las siete decide que la decoloración ha hecho su trabajo y me lava y me matiza. Cuando estoy enfrente del espejo veo como los mechones se me empiezan a caer, por suerte lo desde la raíz, solo de la mitad para abajo. Me dice que es normal, pero que tengo mucho pelo y que no se va a notar. Descontenta es poco. Ahora mismo tengo el pelo negro, naranja, amarillo, blanco y gris, depende del mechón que decida mirar, y completamente quemado. No me lo puedo desenredar en seco, está completamente gomoso. Voy a tener que ir a otra peluquería a qué me arreglen el color y a cortarme lo que no haya manera de salvar, es decir, volver a gastarme más dinero en arreglarlo. No voy a volver nunca a esa peluquería, solo a poner una reclamación. Desaconsejado completamente
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