Le indiqué a la chica que me estaba haciendo las uñas que, en el momento de poner las manos en la máquina de secado, me quemaba; y me dijo que esperara un momento y que si la quemazón seguía, que las quitara. Solo sentí quemazón en el momento que se lo dije, por eso no saqué la mano. Al día siguiente, me veo la mitad de todas las uñas con reflejos azules/negros.