Todo iba bién hasta que sonó el reloj que acababa el tiempo de exposición, y, como vi que la empleada estaba distraída la avisé que ya había sonado, y cuál fué mi sorpresa que me contestó que esperara hasta que terminara de poner "otro barro" a "otra cliente" con la que aún no había ni empezado. Me tuvo 20 minutos más con el mismo puesto esperando por ella. Consecuencia lo normal es que me queden como Mechas doradas, pues me quedaron completamente NARANJAS. Salí muy decepcionada.
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María Elisa Rodrìguez Suárez•hace 4 meses
Fui por recomendación de una amiga y llegué bastante acelerada por el bullicio de estas fechas. Conseguí encontrar un rato y un espacio donde relajarme y desconectar. Un ratito de terapia de relajación. Maravilloso
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