Ay, la cama. Cómo nos gusta la cama… Tirarse en ella después de un largo día y retozar por la mañana hasta que por fin nos despegamos de las sábanas. Con todo el bien que nos hace y quién diría que la cama puede provocarnos granitos. Casi imposible de imaginar, ¿verdad?
Pero lo cierto es que en la almohada se pueden acumular un montón de bacterías y si no se cambia a menudo la funda, no es de extrañar que nos salgan granitos por la cara y el cuello. Pero oye, ¡que no cunda el pánico! Porque sabemos cómo evitarlo. Tú sigue leyendo que te lo contamos todo todito todo.
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1 El problema con la almohada
Al dormir todos los días con las mismas sábanas, es normal que se vayan acumulando restos de suciedad, sudoración y bacterías en la funda de tu almohada. Y sí, aunque no sea agradable de oír, todo esto puede pasar a tu cara mientras disfrutas de tus dulces sueños. ¿Resultado? Granitos por la frente, mejillas y cuello.
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2 ¿Solución?
Pero, y he aquí la buena noticia, ¡hay solución! Y es que todo esto se puede evitar cambiando a menudo la funda de tu almohada. Piensa que pasas unas 7/8 horas diarias en la cama, por eso es importante tener limpias las sábanas. Incluso puedes pasarte a las fundas de seda para que tu piel transpire mejor y el tacto con las sábanas sea más suave.
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3 Pero... ¿cada cuánto hay que cambiarla?
Depende de como te vayas a dormir por las noches. Si te sueles dar una ducha justo antes de meterte en la cama, entonces puedes cambiar la funda cada dos semanas. Pero si eres de las que se mete directamente en la cama sin desmaquillarte, lo mejor es que limpies la funda de la almohada cada semana.
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4 ¿Y el pelo?
Lo mismo pasa con el pelo. Piensa que todas esas bacterías que se acumulan en la almohada también pueden acabar ensuciando tu pelo. Por eso lo ideal es cambiar la funda justo el día que te vayas a lavar el pelo. O utilizar fundas de seda para evitar la fricción habitual que sufre la melena contra la almohada. Otra opción también es dormir con el pelo recogido en un pañuelo. Así conseguirás que dure limpio más tiempo y te levantarás cada mañana como si hubieras salido de la peluquería. Palabrita.