Sin lugar a dudas, de los niños se aprende cada día. Y es que a veces los más pequeños son los que tienen el corazón más grande. No hay nada comparable en este mundo a su humildad y amor inagotable.
Porque ellos siempre están ahí para ayudar. Incluso si es a una persona que no conocen de nada. Solo hace falta decirles que van a fabricar una sonrisa y estos peques no se lo piensan dos veces. Y si hace falta cortarse el pelo 20 centímetros para donarlo, ¿por qué iban a dudar?
Como dicen en una de las cartas, “cuando tenga el pelo largo otra vez, lo volveré a donar”. Y con su pequeño gesto solo buscan, como dice otra carta, “que quien se ponga mi pelo dorado oscuro sea feliz”.
Si es que ellos son los héroes de la casa. Y desde Treatwell y Mechones Solidarios, que hemos unido fuerzas para aumentar las donaciones de pelo en Madrid y Barcelona, solo podemos agradecerles su ayuda. Su ayuda y estas preciosas cartas que nos roban el corazón. De todo corazón, gracias a vosotros.❤️