Vale, por fin te has atrevido a hacerte la permanente rizada. ¡Ole! Pero llegas a tu casa y te das cuenta que no te ha quedado como debería: que si el rizo es muy pequeño, que si no ha agarrado bien, que si parece que has metido los dedos en el enchufe… ¡Que no cunda el pánico! Hay soluciones. Solo necesitas seguir unos sencillos consejos y podrás domar esos rizos en un abrir y cerrar de ojos.
Porque aunque no lo creas, arreglar una permanente es más fácil que cambiar la funda del nórdico (si incluso cuando lo haces sola y la cama es doble). ¡Así que atenta a estos consejos beauty!
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1 El aceite, ese amigo que vale para todo
Si el aceite aún no es tu mejor amigo, es momento de que empiece a hacerlo. Dale una buena pasada a tu pelo con aceite de oliva, canola, coco o almendras y luego ponte un gorro de plástico (sí, de estos de ducha que todos robamos de los hoteles). Espera un par de horas para que haga efecto y lávatelo como siempre… ¡y Voilà! Repítelo durante una semana y verás cómo los rizos van rindiéndose ante ti. ¡Milagro!
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2 ¿Más seco que la mojama?
Si lo único que le pasa a tu pelo es que lo notas muy seco y deshidratado tras la permanente, prueba con una mascarilla natural casera a base de yogur y huevo o bien con plátano. Tu melena recuperará todo su glow.
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3 ¡Invierte el efecto!
Y si nada de lo anterior te funciona, siempre puedes acudir a tu salón de confianza y hacerte la permanente a la inversa. Vale, no es lo más recomendado porqué volverás a añadir químicos a tu pelo. Pero oye, ¡que siempre crece! Y eso así, asegúrate que esta vez te lo hagas de la mano de los mejores profesionales para que no te vuelva a pasar lo mismo.
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4 ¡Cambia de look!
Si con la permanente nota que las puntas han salido muy dañadas, el mejor consejo es que cortes por lo sano. Además, que ya sabes que para que tu pelazo crezca sano y fuerte lo mejor es cortar regularmente. Así que reserva en tu pelu más cercana y ¡atrévete con un corte de los que marcan tendencia!