Somos conscientes de que la limpieza y la higiene están entre las cuestiones más importantes del momento. Pero por una vez, no se trata de contener la pandemia, sino de algo mucho más simple: conseguir una piel radiante y pura. ¿Qué harías si te dijéramos que existen colonias enteras de bacterias que viven en cada una de tus brochas de maquillaje? Las brochas sucias acumulan aceite y polvo, así que con cada aplicación se propagan las bacterias directamente sobre la piel.
Pero no te preocupes, no eres la única que olvida lavarlas: el 72% no limpia las brochas con regularidad. Wow! Y eso tiene un gran impacto en la piel.
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1 Poros obstruidos
El desmaquillante, el tónico facial y los peelings, el número de productos que usamos diariamente muestra claramente el esfuerzo que hacemos en el cuidado de la piel y especialmente en la limpieza facial. Pero a menudo olvidamos un punto importante: nuestras brochas de maquillaje. Los poros faciales van eliminando el exceso de grasa de la piel, las células muertas de la piel y demás, bajo la superficie de la piel. Las brochas sucias interrumpen este simple proceso natural y obstruyen los poros con bacterias desagradables que se han formado en los finos pelos del cepillo.
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2 Brotes de acné
Todo empieza con la obstrucción de los poros y luego viene el temido grano. ¿Cómo funciona? Las glándulas sebáceas, que forman parte de los poros, producen sebo (el material que proporciona la humedad a la piel). Estas glándulas no se dan cuenta cuando los poros están obstruidos, así que continúan produciendo sebo. Este sebo, a su vez, no tiene forma de llegar a la superficie y es por eso que salen esos desagradables granos. Cuando tu piel está roja e inflamada, intenta comunicarse contigo, y en este caso, te aconseja que limpies tus brochas para no introducir más bacterias en tu piel.
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3 Brochas buenas y limpias
Las brochas de maquillaje son imprescindibles para lograr un acabado perfecto. Un conjunto de calidad no solo simplifica la aplicación del maquillaje, sino que también lo hace más uniforme. Sin embargo, si no lo limpias regularmente, los gérmenes se acumularán rápidamente, especialmente cuando se utilizan productos "húmedos" como una base. Por lo tanto, deberías limpiar tus brochas a fondo cada 2 semanas. Otra ventaja: de esta manera las brochas se mantienen suaves más tiempo, protegiendo así la piel y ayudando a distribuir el maquillaje de una manera uniforme.
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4 Cómo limpiarlas
No se necesitan productos específicos para limpiarlas, solo jabón neutro y agua tibia.
Consejo: Invierte en un limpiador de cepillos de silicona (un guante con pequeños dientes de silicona que asegura que el producto de limpieza se masajee profundamente las brochas.) Una vez que esto se haya convertido en parte de tu rutina, solo querrás tener limpias esas brochas y sentir el gustazo.