Está bien. Puede que de primeras lo de la oxigenoterapia facial te suene a chino. Pero para que te hagas una idea, con este tratamiento podrás despedirte de esos granitos y manchas en un abrir y cerrar de ojos. Y lucir una piel luminosa y suave en menos de lo que te imaginas.
Y es que sus resultados se pueden ver desde la primera sesión. ¿Magia? No amiga, se llama oxigenoterapia facial. ¿Quieres saber en qué consiste? ¡Te lo contamos!
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1 ¿Cómo funciona?
Antes de que el oxígeno haga acto de presencia, te limpiarán y te exfoliarán la piel a fin de prepararla a fondo para el regalazo que estás a punto de darte (además, este pequeño preámbulo te ayudará a relajarte). Tu terapeuta aplicará entonces un chorro de oxígeno frío a presión por toda la cara y, para terminar, nutrirá tu piel con varios sérums repletos de todas las vitaminas y minerales que necesita. ¡Una auténtica maravilla!
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2 No es magia, ¡es ciencia!
Rociar tu piel con oxígeno a alta presión estimulará sus propios niveles de O2, lo que mejorará su circulación y capacidad de regeneración. Vamos, que estará más luminosa y tendrá un aspecto más joven. Además, los tratamientos regulares pueden tratar el acné y la rosácea a lo largo del tiempo, ya que ese subidón de los niveles de oxígeno contribuye a eliminar pequeños problemas cutáneos. No es un milagro, ¡es ciencia pura y dura!
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3 La luminosidad del O2
Tras uno de estos tratamientos faciales, estarás tan radiante como después de una semana entera en un spa sin pegar ni golpe. Bueno, depende del tipo de spa que elijas, ¡claro! Pero, como mínimo, alucinarás con la suavidad de tu piel y la facilidad con la que puedes aplicarte la base de maquillaje. Y, además, tu cutis estará más uniforme y terso. ¡Todo son ventajas!
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4 ¿Simple moda o revolución facial?
Veredicto: ¡funciona! El efecto luminoso realmente dura tanto como dicen (hasta seis días): tiempo de sobra para lucir una piel que hará que te sientas como si hubieses encontrado la fuente de la eterna juventud. ¿Te animas a probarlo?