Julio se celebra mundialmente como el mes libre de plásticos gracias a la iniciativa #PlasticFreeJuly. ¿Que de qué se trata? Pues es el reto mundial que pretende (y está consiguiendo) concienciarnos a todos para reducir el uso de plástico en nuestro día a día. Al menos, durante un mes. Te contamos cómo aplicarlo en el mundo de la belleza sostenible.
¿Te has preguntado alguna vez cuánto plástico hay implícito en tu rutina beauty? Si te soy sincera, yo también. ¿Qué tal si tenemos un monólogo interior positivo y nos preguntamos qué podemos hacer -cada uno- para cambiarlo?
Mmm, se me ocurre, por ejemplo, empezar haciendo inventario del baño y de nuestro (siempre amado) tocador. Sé que va a sonar horrible, pero querid@ beauty addict: el plástico de nuestros cosméticos acaba, muchas veces, en el mar.
Según Zero Waste Week, la industria de la belleza produce unos 120 mil millones de envases al año. La gran mayoría, de plástico. De ahí que el Foro Económico Mundial estime que, para 2050, habrá más plásticos que peces en el océano. Meh.
Tranquil@, también hay buenas noticias. Como cada vez son más las marcas que se enfrentan al desafío del movimiento sostenible, cada vez es más amplia la oferta que ponen a nuestra disposición para que podamos pasarnos a la belleza ecológica y vegana. Esto es lo que podemos hacer desde YA:
-Por Miryam Amer
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1 Sí a los peines de bambú
Además de ideales, son mejores para tu pelo y -por supuesto- para nuestro querido planeta T. Así, los peines (y cepillos) de bambú, eliminan la electricidad estática y el encrespamiento, mejoran la circulación capilar y reducen la irritación de nuestro cuero cabelludo. Sip, también son eco-friendly.
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2 Like a las maquinillas de acero inoxidable
Aunque ya se pueden encontrar en el mercado cuchillas de plástico reciclado y biodegradables, nuestra opción zero waste es la máquina de afeitar reutilizable. Impone, lo sé. Pero promete un rasurado al ras porque emplea una única hoja que entra directamente en contacto con tu piel.
De peine cerrado o con apertura mariposa, su uso es sencillo y lo más importante: no genera residuos innecesarios. Qué me dices, ¿probamos? Si quieres depilarte, claro. Ya sabes que, para nosotr@s, eso de la pelofobia está mas que superado. Smiley, smiley.
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3 El desodorante, natural
Ecológico, sin químicos, rellenable y -si puede ser- compostable. Elige el formato y la esencia que más te guste y ya estarías dando un paso más en tu camino hacia la sostenibilidad.
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4 Hola, soy tu nueva rutina dental
Y quiero un cepillo de bambú, que para eso es antibacteriano, ecológico y biodegradable. Renuévalo cada 2/3 meses y siéntete orgullos@ de tu responsabilidad individual. Eso sí, ya que has llegado hasta aquí, deberías pasarte al dentífrico sólido y al hilo dental vegano para conseguir una rutina dental sin plásticos y respetuosa con el medio ambiente.
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5 Bragas menstruales y compresas reutilizables
Con diseño, transpirables, ecológicas, sin fragancias… pero absorbentes. Sobra decir que están libres de plásticos y que, por tanto, contaminan infinitamente menos. Ahora sí que sí, nuestra higiene íntima, ya no tiene excusa.
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6 Cosmética rellenable
Una de las cosas que menos nos planteamos al comprar es cuánto estamos pagando por el envase. Sí, ese que tan poco nos cuesta tirar cuando ni fu, ni fa y que tanto se nos resiste cuando el packaging es lo más, ¿verdad? Por eso, me encanta que cada vez sean más las marcas que se sumen al formato rellenable. Piénsalo, si tienes el envase, solo necesitarás rellenarlo con producto y, por tanto, reducirás tu huella ambiental. Fin de las dificultades para reciclar.
Desde barras de labios a perfumes -pasando por geles y champús- la oferta cada vez es más amplia. Qué bien, porque lo queremos to-do a granel.
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7 Discos desmaquillantes reutilizables
Ni toallitas, ni facewipes tradicionales. Súmate a la corriente del zero waste con los discos desmaquillantes reutilizables. Duran, de media, unos 1000 usos y se lavan manualmente tras su aplicación. Eso sí, una vez a la semana acuérdate de meterlos en la lavadora. Usando un detergente eco, si puede ser. Ya sabes, elígelos, siempre, compostables.
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8 La mascarilla, ahora en barra
206 millones de mascarillas se usan (y tiran) al año. Residuos y más residuos, vamos. Apuesta por las mascarillas en barra, a poder ser veganas, sin parabenos ni sulfatos y, como no, plastic-free.
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9 Gomas biodegradables
¡Ay, las gomas! Quién sabe por dónde andarán las mías cuando terminan su función entre el pelo y la muñeca. Probablemente, compartiendo misterio con algún calcetín impar.
Te cuento: el interior de tus gomas suele estar fabricado en plástico. ¿La solución? O te apuntas a la moda de los scrunchies de algodón orgánico o te conviertes en toda una pionera comprando gomas biodegradables. Eso sí, primero espera a que se pierdan las que ya tienes. Dales tiempo.
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10 Elige un eco-salón
Porque la belleza sí puede ser ética y sostenible. Y porque, pudiendo elegir, deberíamos apostar por productos ecológicos, naturales y tratamientos ricos en ingredientes orgánicos, ¿no crees? Recuerda, estamos en guerra contra el plástico. Al menos, hagámoslo mejor que nunca este mes y ya veremos cómo se nos da el que viene. Metas cortas, como dice mi madre.
Que la rutina plastic-free te acompañe.
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