La deficiencia de vitamina D se manifiesta por unos pocos síntomas, a veces difíciles de identificar claramente, como la fatiga, la debilidad muscular, la melancolía, la sequedad de la piel, los calambres… Tanto si estamos ahí como si no, es importante pensar en llenarse de vitamina D, especialmente cuando las salidas son limitadas.
Si tienes la suerte de tener una terraza o un jardín, recuerda exponerte al aire libre durante 10 minutos al día. No olvides tu fiel protector solar, especialmente para la cara e incluso en días nublados: los rayos del sol aceleran el proceso de envejecimiento de la piel.
Si no tienes un área exterior, pasa 10 minutos al día en la ventana. Aunque la ventana no brille en el sol, los rayos UV se reflejan en las superficies y los colores y aún así lograrán llegar a tu piel. Sin embargo, asegúrate de mantener la ventana abierta de par en par, porque el vidrio bloquea los rayos UVB, así también se ventilará la casa y tu mente.
Sabemos que absorbemos la Vitamina D por exposición, pero también se encuentra en nuestra comida. Los pescados grasos, los productos lácteos y ciertas verduras son ricos en vitamina D. Sardinas, aceite de hígado de bacalao, arenque, salmón y atún enlatado; huevos y productos lácteos para los vegetarianos, y chocolate negro, setas y soja para los veganos: ¡completito!
También sería buen momento para comenzar un curso de suplementos alimenticios para aumentar la producción de vitamina D, mientras esperamos volver a nuestras playas, balnearios y parques favoritos.
Durante este delicado período, seguiremos creando contenidos para ti, para inspirarte, entretenerte y guiarte entre el bienestar, la belleza y la salud. Si tiene ideas y consejos para compartir con nosotros, o si quiere aprender más sobre un tema en particular, contáctanos a través de nuestra página Instagram @treatwell_es. Con nuestro total apoyo.