Amiga, ¿cuánto hace que no limpias tus brochas de maquillaje? Si la respuesta es hace más de 3 semanas, o nunca… no te preocupes. Un 72% de la gente tampoco lo hace. Pero hay un motivo para que empieces a hacerlo: y es que unas brochas sucias pueden llegar a tener más bacterias que un retrete. Ups… No suena demasiado bien, ¿verdad?
Las brochas están en constante contacto con tu piel por lo que tenerlas sucias puede provocar que tu piel se irrite o te salgan espinillas con más facilidad. Si aún no estás convencida… sigue leyendo.
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1 Poros obstruidos
Maquillarte con brochas sucias solo provocará que tus poros se obstruyan con toda la suciedad que tienen acumuladas. Y es que pasándote las brochas sucias por la cara, lo único que harás es expandirte también todas esas bacterias. Ya sabes, no solo vale lavarte la cara por la noche ¡haz lo mismo con tus brochas!
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2 Granitos
Y poros obstruidos significa… ¡Hola granitos! Porque al obstruirlos estás impidiendo que la grasa que producen (para hidratar nuestra piel) salga al exterior); y como consecuencia acaban apareciendo los puntos negros y granitos. Así que ya sabes, si quieres evitar esto, ¡brochas limpias al rescate!
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3 Piel irritada
Además, cuando tus brochas empiezan a acumular restos de maquillaje entre cerdas (sus pelos) , se van endureciendo y pueden irritar la piel o incluso provocar pequeñas heriditas. Incluso conjuntivitis si las usas para los ojos.
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4 Brochas estropeadas
Pero a todo esto… tu piel no es la única afectada. Si no lavas tus brochas a diario éstas tambien acabarán sufriendo las consecuencias. Se irán endureciendo, durarán mucho menos y acabarán mezclando el maquillaje. Es decir, que no solo se estropan tus brochas sino que tus polvos o base de maquillaje pueden acabar teniendo un color totalmente diferente.
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5 ¿Cómo hay que limpiarlas?
Evitar todo esto es sencillo: Limpia tus brochas a diario. ¿Cómo? Muy fácil. Con jabón neutro y agua. Hay que quitar todos los restos de maquillaje cada vez que las utilizas y así estarán impolutas para la siguiente vez. ¿Resultado? Una piel sana y limpia, una brochas que durarán mucho más tiempo y un maquillaje que seguirá manteniendo su color. ¡Hip, Hip, Hurra!