Ay las fiestas, felices fiestas… Hay quien vive por y para esta época del año y hay quien preferiría que fuera verano para disfrutar del calorcito. Pero oye, lo que está claro es que gusten o no gusten tanto, las fiestas tienen algo de especial.
Y es que al final hay situaciones a las que se les acaba cogiendo cariño: los amigos invisibles, las abundantes cenas de Navidad, el Calendario de Adviento, levantarse el 1 de enero y cumplir los propósitos de Año Nuevo, o más bien estar todo el día en el sofá vagueando…
Las fiestas están para disfrutarlas, di que sí. Y si se te presentan algunas de estas situaciones y no sabes qué hacer, don’t worry! Te contamos los truquillos para afrontarlas. ¡Y a terminar el año por todo lo alto!
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1 Si lo tuyo no es el frío polar...
Te entendemos. En invierno eso de llevar mil capas y parecer una cebolla no es lo más cómodo del mundo. Pero oye, todo tiene solución. Si no te gusta ir hasta arriba de ropa, siempre puedes optar por una camiseta térmica. ¿Y contestar a un mensaje por la calle sin que los dedos se te congelen? Sí, es posible amigo. Con unos guantes táctiles. Así que estas fiestas, ¡nada de pasar frío!
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2 Terminar el Calendario de Adviento al tercer día...
Es algo inevitable. Asumámoslo. No hay mayor prueba de voluntad que un Calendario de Adviento. Y por mucha intención que tengamos al principio luego pasa lo de siempre: bueno uno más, si abro otro nadie lo notará, me como este y mañana no como… Y en un abrir y cerrar de ojos te has terminado el Calendario de Adviento (a día 5 de diciembre). ¿Cómo afrontarlo? Ojalá tuvieramos la respuesta. Pero la verdad es que acabará pasando y tenemos que vivir con ello.
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3 A la hora de comprar regalos...
Lo primero, para hacerlo todo mucho más fácil, intenta que no te pille el toro. ¿Te ha pillado? Don't worry, a todos nos pasa. Pero para intentar acertar, dedica unos minutos antes de ir a la conquista para pensar qué es lo que quiere la persona a la que le vas a regalar. A lo mejor te ha dicho hace tiempo lo que quería. Pon tu memoria a trabajar y ya verás como das en el clavo. Y si no se te ocurre nada, siempre puedes regalar belleza a la carta.
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4 Después de la cena de Navidad con la empresa...
El día después de la cena de Navidad, aunque se haga cuesta arriba, créenos, se puede superar. Pero necesitarás como aliados un ibuprofeno, cuatro cafés y un buen plato de comida consistente para estar otra vez al 100%. Y en cuanto a los cotilleos, si viste u oíste algo, significa que no viste ni oíste nada. Mejor quedarse en el anonimato. Palabrita de Treatwell.
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5 Al escoger una película de Navidad...
Aunque no seas mucho de tradiciones, ahí estarán todos los canales de televisión para recordarte que es Navidad. Y oye, al final alguna película típica caerá. ¿Nuestras recomendaciones? Si puedes escoger, Solo en casa es perfecta para una tarde llena de risas. Al igual que los Gremlins. Y si buscas algo más romántico, las que nunca fallan son Love Actually o The Holiday.
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6 Para abrir los regalos...
No hay nada como unas uñas de gel para ponerse manos a la obra (nunca mejor dicho). Resitentes a todo, te ayudarán a despegar el celo sin ningún problema. Aunque bueno, hay quien aun así prefiere romper el papel entero. Y oye, ¡a nosotros también nos parece bien!
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7 El esperado empacho...
Tampoco te vas a librar. Porque en las comidas de Navidad todo está tan rico que no hay manera de parar. Y oye, ¡en esto estamos contigo! Pero teniendo en cuenta que te vas a llenar, haz planes después dejándote al menos dos horas para descansar. ¿Qué tal ver una de las películas de Navidad mientras dejas reposar la comida? ?
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8 Y esos días de resaca...
Los habrá, créenos. Después de una cena de Navidad o la fiesta de Nochevieja. Pero oye, ¿sabes qué es lo mejor? Que sabemos los mejores trucos para que esa resaca desaparezca en un abrir y cerrar de ojos. ¿La respuesta? Envolturas corporales. Y te contamos todo, todito aquí.