Que la mirada en tiempos de mascarilla se ha convertido en la protagonista del rostro, es un hecho i-rre-fu-ta-ble. Por eso, ya no basta con depilarnos las cejas dándoles una forma ¿bonita? Ahora queremos diseñar miradas que hablen por sí solas, y aquí es donde entran en juego las técnicas más demandadas: micropigmentación, microblading, microshading y (ahora) microfeathering. Micro, micro, micro… ¡Qué lío!, dirás. Tranquila, hablamos con el estudio de Estefanía PMU (Permanent Makeup Solutions) para saber cuál es el mejor tratamiento según nuestro tipo de piel. Bienvenida a las cuatro emes, my love:
-Miryam
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1 Micropigmentación vs microblading
"Para no dejar lugar a dudas, primero hay que diferenciar entre microblading y micropigmentación", comienza Estefanía. "Ambas técnicas se emplean para rellenar y/o reconstruir las cejas, introduciendo pigmento en la piel (entre la dermis y la epidermis) y consiguiendo unos resultados naturales y *súper* realistas", añade. "Sin embargo, mientras el microblading es una técnica manual, para la micropigmentación utilizamos el dermógrafo. Además, para el microblading, empleamos la técnica 'pelo a pelo' y con la micropigmentación tiene más éxito el 'shading' o sombreado, aunque podrían realizarse ambas". ¿En ten di do?
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2 Microblading 'pelo a pelo'
Para pieles normales, secas o mixtas
El microblading consiste en la realización de microcortes superficiales en la piel (de forma manual) con una herramienta desechable llamada tebori (puedes ver el paso a paso aquí). "Como ya hemos dicho, la técnica más empleada es el 'pelo a pelo', es decir, vamos a dibujar pelitos (emulando los naturales) a base de pequeños cortes que se irán rellenando con pigmento hasta conseguir el resultado deseado". Es la técnica perfecta para pieles normales, secas o mixtas, puesto que las pieles grasas son más propensas a "expandir" el pigmento.
Y aunque puedas estar sufriendo solo de pensarlo, estate tranquila porque nos aseguran que el dolor es similar a una depilación de cejas. Genial, ¿y cuánto me va a durar?, pensarás. Pues, de media, entre un año o un año y medio, pero con un retoquito transcurrido ese tiempo lucirás cejas perfectas, again.
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3 Micropigmentación 'shading'
La técnica perfecta si tu piel es grasa
El 'microshading' o shading es la técnica que más éxito tiene dentro de la micropigmentación (también puede trabajarse el 'pelo a pelo'). Este sombreado consiste en un relleno con efecto degradado que consigue un resultado similar al que obtenemos cuando maquillamos la ceja con lápiz o sombra. Además, aunque esta técnica sea apta para todo tipo de pieles, "es perfecta para pieles grasas, ya que son las más problemáticas y con el 'shading' podemos crear un degradado perfecto que consiga un resultado *muy* natural y duradero", asegura nuestra brow artist.
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4 Técnica híbrida
Para todo tipo de pieles
Esta técnica es perfecta para personas que busquen un acabado más marcado o para personas cuyas cejas necesiten una mayor reconstrucción: cejas muy finas, con poco vello o con problemas de alopecia. "Para ello, combinamos la técnica 'pelo a pelo' con shading (o sombreado), es decir, microblading con micropigmentación", puntualiza Estefanía. Al ser una técnica combinada, es apta para todo tipo de pieles, así que se adapta a cualquier cliente.
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5 Microfeathering, hiperrealismo a la vista
Con un resultado similar al que ofrece la laminación de cejas, es un concepto diseñado y patentado por Kristie Streicher, una eyebrow artist afincada en Los Ángeles que decidió dar un paso más allá en esto del microblading creando su propia técnica: el microfeathering. ¿Y en qué consiste? Pues, básicamente, en peinar las cejas hacia arriba después de haber realizado y rellenado los microcortes con pigmento. De esta manera, se obtiene un efecto 'pluma' en la ceja (de ahí el nombre) que ofrece un aspecto más poblado e hiperrealista, para quienes busquen unas cejas 'perfectamente imperfectas'. Al ser una "extensión" del microblading, es una técnica que funciona muy bien en pieles secas y mixtas pero, como ocurre con la técnica anterior, las pieles grasas son más propensas a rechazar el producto.