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Ya se trate de baños con temperatura regulada o de ejercicios curativos en la piscina, la hidroterapia puede ser un tratamiento ideal para deshacerse de los dolores y las molestias provocados por los distintos problemas de salud. Desde la artritis hasta la tensión muscular, el agua puede ser un estupendo tratamiento alternativo para conseguir que vuelvas a sentirte bien.

La hidroterapia es un tipo de fisioterapia que se utiliza para tratar una gran cantidad de problemas físicos y emocionales, como, por ejemplo, la inflamación, calambres, problemas menstruales, varices, insomnio, dolores de cabeza, tensión arterial alta, dolor de espalda, reúma, estrés, lesiones óseas o articulares, dolores musculares, circulación y artritis. Unas veces se utilizan dispositivos de flotación y otras baños con temperatura regulada, cada tratamiento es ligeramente distinto y no tiene nada que ver con la natación o los ejercicios aeróbicos acuáticos, que pueden resultar extenuantes, ya que se trata de ejercicios especiales que generalmente se centran en movimientos lentos y controlados con la ayuda de un fisioterapeuta en una piscina de agua templada.

Muchas piscinas de hidroterapia utilizan chorros de agua que sueltan millones de pequeñas burbujas, facilitando así la relajación de la tensión muscular, mejorando la movilidad y reduciendo el dolor.

Entonces, ¿cómo funciona? La hidroterapia es un tratamiento alternativo estupendo para combatir de manera eficaz diversos síntomas dolorosos. Se ha demostrado que es una terapia natural altamente eficaz a la hora de estimular las endorfinas que, a su vez, ayudan a aliviar el dolor y la tensión en todo el cuerpo. También puede estimular la circulación sanguínea y linfática y, en general, actuar como un sedante, lo que hace que sea un tratamiento ideal si te sientes muy estresado por falta de sueño. Como la hidroterapia tiene tantos usos, se debe personalizar cada sesión según tus necesidades. Una sesión puede consistir en un baño de pies de 15 minutos o en un tratamiento con agua de dos horas en el que se van sumergiendo las distintas partes del cuerpo.

¿ES PARA MÍ?

Si quieres reducir el dolor causado por la artritis o el ejercicio físico excesivo, unos minutos en un baño de agua fría específicamente diseñado hará que tu temperatura corporal y tu ritmo cardíaco desciendan rápidamente, lo que constituye una estupenda manera de rehabilitar las articulaciones inflamadas y entumecidas, reduciendo el flujo sanguíneo de la zona y calmando la hinchazón. Muchas piscinas de hidroterapia utilizan chorros de agua que sueltan millones de pequeñas burbujas, facilitando así la relajación de la tensión muscular, mejorando la movilidad y reduciendo el dolor.

¿QUÉ ESPERAR?

Tan bueno para la piel como para los dolores y las molestias, un baño de hidroterapia ayuda a regular la temperatura corporal mejorando la eficacia de tus glándulas sudoríparas. Esto libera toxinas del cuerpo y deja tu piel sana y con un aspecto luminoso. Si se usan los chorros de agua, el efecto de las burbujas aumenta el flujo de oxígeno y esto puede ayudar a reducir la retención de líquidos e incluso ciertos problemas como la celulitis. De todos modos, independientemente de tu problema, el agua que se utiliza en la hidroterapia está diseñada para crear un efecto tranquilo y relajado en el cuerpo, lo que a su vez reduce la acumulación de estrés y tensión proporcionándote una sensación de buena salud y bienestar en todo el cuerpo.

BUENO A SABER

Cuando reserves una sesión de hidroterapia en un spa, asegúrate de comprobar primero lo que incluye, ya que en algunos casos solo se ofrece el acceso a las piscinas de hidroterapia y no una consulta con un profesional y un tratamiento personalizado.


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